Investigadores de la universidad de Chicago han creado la primera baterías de dióxido de carbono y litio recargable y que puede ejecutar hasta 500 ciclos consecutivos de proceso de carga. Comparado con las baterías de litio que existen en el mercado actual, 500 ciclos no es una cantidad importante pero si tenemos en cuenta que también incluye dióxido de carbono, se puede considerar como un paso hacia unas baterías más sostenibles y limpias.
Este tipo de sistemas destacan por su potencial ya de rendimiento ya que aunque en la actualidad sea menor se cree que puede llegar a tener una densidad de energía hasta siete veces mayor que las baterías de litio que conocemos en la actualidad. Por otro lado, como hemos dicho anteriormente como punto negativo se encuentra en conseguir mantener la estabilidad con ciclos repetidos ya que ‘solo’ se han podido llegar a 500. ‘Las baterías de dióxido de carbono y litio han sido atractivas durante mucho tiempo, pero en la práctica, hasta ahora no hemos podido obtener una que sea realmente eficiente’ destacó Amin Salehi- Khojin, uno de los profesores asociados a este proyecto.
El problema de esta tecnología viene cuando se descarga una batería de dióxido de carbono y litio produce carbonato de litio y carbono. El carbonato de litio se recicla durante la fase de carga, pero el carbono simplemente se acumula en el catalizador, lo que en última instancia conduce a la falla de la batería.
Gracias al profesor Salehi-Khojin y su equipo han utilizado materiales para animar el reciclaje del carbonato de litio y el carbono, para ello se usó disulfuro de molibdeno como catalizador de cátodo combinado con un electrolito híbrido para ayudar a incorporar carbono en el proceso de reciclado.
El mismo Salehi-Khojin destacó que ‘nuestra combinación única de materiales ayuda a fabricar la primera batería de dióxido de carbono y litio neutro en carbono con mucha más eficiencia y vida útil duradera, lo que permitirá su uso en sistemas avanzados de almacenamiento de energía’.
En definitiva, la innovación hacia unas baterías solares más sostenibles y eficientes se prevé importantísimo para una evolución favorable del sector fotovoltaico tanto a corto como a largo plazo.