En primer lugar, es importante saber diferenciar entre potencia y energía, así que empezaremos por estos conceptos.
- El término de potencia hace referencia a la demanda del aparato eléctrico en ese mismo instante. La potencia del aparato eléctrico es el producto de la intensidad por su tensión y se mide en vatios (W).
- El término de energía hace referencia al tiempo que está ese aparato eléctrico en funcionamiento con su potencia respectiva.
En segundo lugar, hay que saber que en las características del inversor nos indica la potencia máxima que admite. Esa potencia es la que limita la instalación y no debe superarse.
Si se superase la potencia del inversor, el inversor cortará el suministro para protegerse y no deteriorar ningún componente interno. Los inversores están preparados para poder soportar durante unos segundos el doble de su potencia nominal para poder aguantar los picos de potencia de arranque de motores o bombas que tienen un consumo más elevado.
Por último, hay que saber que los inversores son los encargados de transformar la tensión de carga de la batería de corriente continua en corriente alterna 230V.
En resumen debemos evitar instalar inversores potentes en instalaciones que la tensión de las baterías sea muy baja. Ya que eso provocaría que la bancada de baterías se descargan más rápidamente hasta el punto de alcanzar el límite de corriente máximo de la batería y deteriorarla.