El crecimiento de las fuentes renovables en todo el planeta ha sido y es innegable. Durante el año 2016 empezó que empezó el auténtico lanzamiento de las energías limpias, pasando por el año 2017 donde el abaratamiento de los productos disparó la demanda y en 2018 la potencia global instalada ha sido histórica. En 2019 el desarrollo de las renovables sigue su camino a pasos agigantados, siendo la energía solar y la energía eólica las más baratas en cuanto a material y producción.
Durante el año 2017, la energía solar se convirtió en la fuente más barata de producir en alrededor de 60 países. En este periodo, tanto la solar como la eólica compitieron para mantenerse como las más económicas en lo que se refiere a la producción de las mismas. Así lo señala el informe anual de la Agencia Internacional de Energías Renovables, IRENA, que indica que el resto de años hasta día de hoy se ha mantenido con un panorama muy similar.
Este informe señala también que la energía eólica ha experimentado una bajada de los 0,40 dólares por kilovatio/hora a 0,06 dólares. Por otro lado, la energía solar también ha presentado datos impactantes con una bajada de 0,08 por kilovatio. Comparando esta producción de energía con la de combustibles fósiles que oscila entre los 0,18 y 0,05 y un valor medio de 0,1 dólares por kilovatio/hora, se afirma que las fuentes renovables no sólo han sido las más usadas sino también han superado la media de la fósil.
Este abaratamiento se debe, según IRENA, no sólo a la disminución de costes de los productos y de las instalaciones sino también a una reflexión global de la rentabilidad de esta energía; ya que para que exista una buena elección de una fuente energética no hay que tener en cuenta únicamente el coste de producción. La rentabilidad tanto a corto como a largo plazo es fundamental en la decisión final del cliente.