Ya se han cumplido 50 años de la primera vez que el hombre, Neil Amstrong, piso por primera vez la Luna. Un evento único, ‘un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad’, y allí, entre la Luna y el hombre hubo un hueco para la fotovoltaica.
La fotovoltaica está siendo la protagonista de la transición energética mundial pero ya es importante para la sociedad desde hace más tiempo del que nos pensamos. A principios del siglo XX, la fotovoltaica ya ayudaba a los vehículos espaciales a moverse por el espacio. Pero si la fotovoltaica ya se usa de forma provechosa desde hace tanto tiempo, ¿por qué no ha sido hasta nuestros días cuando hemos podido disfrutar todos de ella?
La principal razón por la que las placas solares no han tenido ‘éxito’ en nuestro planeta hasta ahora se debe a que disponíamos de combustibles fósiles muy ‘baratos’ de extraer, así como muchas instalaciones e intereses. Pero con el paso de los años, la extracción de estos combustibles fósiles ha afectado notablemente a la salud del planeta y el coste de producción de la fotovoltaica ha disminuido provocado así, un cambio en el paradigma energético mundial.
Ahora pensad, ¿qué tipo de combustible pensáis que mueve a las estaciones espaciales por el espacio? Pues sí, las placas solares. Tal vez, no hayamos pensado nunca en la importancia de las placas solares en el espacio, pero siempre han estado presentes en estaciones, satélites, y sondas espaciales y de forma genérica en cualquier artefacto que ha tenido que estar bastante tiempo en el espacio. Además, se han llegado a usar placas solares en el espacio de más de 2.500m capaces de proporcionar hasta 120kW para que las estaciones espaciales puedan mantenerse sin ningún problema en el espacio.
La génesis de la fotovoltaica en el espacio tuvo lugar en la década de los 50’. Concretamente, el 17 de Marzo de 1958, se lanzó el cuarto satélite espacial y el primero que fue enviado con placas solares. En esta fecha, 1W de energía costaba unos 300$ por lo que la utilización de placas solares se restringía a lugares donde no se pudiese emplear otra fuente de energía.
La evolución de los costes y eficiencia de las placas solares fotovoltaicas ha sido lenta por diferentes razones . Hoy en día producir 1 W está por debajo de los 0,3$, nada que ver con los años 50. La fotovoltaica ha venido del espacio para quedarse y salvar la salud de nuestro planeta, que, por cierto, es el único que tenemos.