Los tipos de instalación paneles solares que existen son: aisladas de la red, de conexión a la red eléctrica, híbridos, para vehículos camperizados o para bombeo de agua. En el artículo de hoy vamos a conocer más sobre qué tipos de instalaciones fotovoltaicas existen y las diferencias entre ellas. Así será más sencillo saber qué instalación es la que más se ajusta a tus necesidades.
Generalmente encontramos 3 tipos principales de instalaciones de placas solares, aunque pueden haber variaciones en algunas de ellas. Estas son: instalaciones conectadas a la red eléctrica, denominadas también de autoconsumo fotovoltaico (con excedentes acogidas a compensación o sin compensación), las instalaciones fotovoltaicas aisladas o las híbridas. Posteriormente podemos encontrar subtipos, como lo pueden ser las instalaciones de kits con placa solar autocaravana. Este tipo de sistemas son idóneos para ser instalados en vehículos camperizados.
En primer lugar es importante conocer qué es un kit de una instalación placas solares. Un kit solar es el total de componentes que permite que una instalación solar funcione como captador de energía. Existen muchas variantes y añadidos en función de cada caso, pero en rasgos generales conviene conocer: los paneles solares, el inversor solar, el regulador de carga y las baterías. A continuación, vamos a hablar de los diferentes tipos de instalaciones fotovoltaicas.
Tipos de instalaciones fotovoltaicas
¿Qué tipos de instalaciones fotovoltaicas existen? Como hemos visto anteriormente, existen diversos tipos de instalaciones fotovoltaicas, pero aquí vamos a ver algunas de las más destacadas:
Instalaciones fotovoltaicas aisladas de la red eléctrica
Estas instalaciones fotovoltaicas aisladas se componen de unos kits de aislada, que llevan los componentes necesarios para que el sistema pueda funcionar sin necesidad de mantener la infraestructura conectada a la red. Esto permite el suministro energético en aquellas viviendas o naves donde no existe acceso a la red eléctrica, no se tiene un contrato con la compañía de electricidad o bien se desea la desconexión de la misma por propia voluntad.
Para este tipo de instalaciones será obligatorio la presencia de unas baterías solares para el almacenamiento de energía para cuando no se disponga de radiación solar.
Estos kits se componen principalmente de:
| ➥ | Paneles solares |
| ➥ | Un regulador de carga |
| ➥ | Un inversor aislada |
| ➥ | Baterías para almacenar la energía y utilizarla por la noche o en días nublados |
| ➥ | Un generador eléctrico como elemento de apoyo de energía |
Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica
Esta tipología de sistemas, también denominados de autoconsumo fotovoltaico directo, precisan un kit de conexión a red. Es aquel que está preparado para ser instalado en viviendas, naves o cualquier infraestructura donde existe conexión a la red eléctrica. El objetivo es reducir el consumo de energía de la red y ahorrar en la factura de la luz pero manteniéndose conectado a la red eléctrica.
Además, gracias a estar conectados a la red eléctrica, podremos recibir una compensación por los excedentes de energía o, bien, vender dicha energía en el mercado eléctrico.
En este punto existen dos tipos de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo:
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Instalación fotovoltaica con excedentes y compensación: Esta alternativa es ampliamente utilizada y resulta muy atractiva para el consumidor promedio, especialmente en entornos residenciales, comunidades de vecinos y pequeñas y medianas empresas. Este tipo de instalaciones permiten aprovechar al máximo la energía generada, llegando incluso a recibir una compensación tan beneficiosa que el total de energía consumida se deduce por completo de la factura eléctrica. En este caso, la compañía eléctrica establece de antemano un precio acordado por cada kilovatio hora (kWh) que generamos y entregamos a la red. |
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Instalación fotovoltaica con excedentes sin compensación: En este enfoque, no se proporciona una compensación directa en la factura eléctrica por los excedentes generados, sino que se brinda la posibilidad de vender la energía excedente directamente en el mercado eléctrico. Este modelo es obligatorio para instalaciones de autoconsumo que superan los 100 kW, y se puede elegir de manera voluntaria para el resto de las instalaciones. Es una opción más común en grandes instalaciones industriales y comerciales, ya que en las residenciales no se genera la suficiente energía para su venta en el mercado eléctrico. |
Instalaciones fotovoltaicas con baterías conectadas a la red eléctrica
Este tipo de sistema fotovoltaico está compuesto de unos kits híbridos y tienen la ventaja que permiten mantenerse conectado a la red eléctrica y contar con baterías solares para el clmacenamiento de energía. Podremos volcar el sobrante de energía en las baterías solares para utilizarla posteriormente. Además, si consumimos toda la energía de las baterías y seguimos con un sobrante de energía, podremos inyectarla a la red eléctrica.
Los kits híbridos de estos sistemas se caracterizan por contar entre sus elementos un inversor híbrido que es capaz de funcionar con o sin baterías. Estas instalaciones son muy recomendables en vivendas conectadas a la red eléctrica que durante las horas de sol se haga uso de la producción de los paneles solares y durante la noche o con condiciones climatológicas adversas se alimenten los consumos de la red eléctrica o las baterías.
Diferencias entre una instalación aislada y una de conexión a red
La principal diferencia entre los kits solares aislados y los kits de conexión a red es que los inversores de los primeros son capaces de generar su propia red para el consumo en el hogar a partir únicamente de los elementos del kit solar. En algunos casos de viviendas aisladas de la red, la única solución además de la fotovoltaica sería instalar un generador de gasolina, lo cual es más caro y contaminante. Por otro lado, en los kits de conexión a red, los inversores utilizan esa misma red eléctrica y simplemente se sincronizan para aportar al consumo la corriente que producen los paneles solares.
Hay otros casos de sistemas que pueden combinar elementos propios de las instalaciones aisladas y de red eléctrica, como es el caso del autoconsumo con baterías, para lo que sería necesario un inversor híbrido.
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